Buena Salud
Una investigaciòn
publicada en “nature neurocience” prueba que tomar cafeina ayuda a recordar
mejor al dia siguiente
Doscientos
miligramos de cafeína, aproximadamente la que contiene un café, tomados después
de ver una serie de imágenes ayuda a recordarlas mejor y con más detalle al día
siguiente. Lo que sugiere que en lugar de tomar café antes de afrontar un
trabajo importante para estar despiertos, tal vez sería mejor tomarlo
inmediatamente después, para sacar el mejor partido posible a la memoria. Esa
es la conclusión de un estudio llevado a cabo en la Universidad Johns Hopkins
publicado en la revista
Nature
Neuroscience
. “Hasta ahora se
atribuía a la cafeína un efecto potenciador sobre la actividad cognitiva, pero
su capacidad para mejorar la memoria y hacerla inmune al olvido no se había
examinado en detalle”, señala el psicólogo y neurocientífico Michael Yassa, que
lidera esta investigación que prueba que la cafeína puede potenciar la memoria
hasta 24 horas después de haberla consumido. “Es la primera vez que se observa
este efecto de la cafeína para reducir el olvido un día después de haberla
ingerido”, destaca Yassa. Los efectos de la cafeína sobre la memoria a largo
plazo no se habían estudiado en detalle y los pocos estudios realizados
concluían que este estimulante no tenía efectos destacables sobre el recuerdo.
Sin embargo, este estudio ha utilizado una forma nueva de abordar esta
escurridiza cuestión y sus resultados no parecen dejar lugar a dudas, como
atestigua el hecho de que se haya hecho un hueco en la prestigiosa revista
Nature Neuroscience. Una de las diferencias respecto a los trabajos anteriores
es que los participantes tomaron cafeína sólo después de haber visto e
intentado memorizar una serie de imágenes.
Resultados contradictorios
“Casi todos los
estudios previos administraban la cafeína antes de la sesión de trabajo, por
eso, no estaba claro si el efecto potenciador sobre la cognición de la cafeína
se debe a que actúa sobre la atención, la vigilancia u otros factores.
Administrando la cafeína después de la prueba de memoria descartamos esos
efectos y podemos estar seguros de que actúa sobre la capacidad de recordar”,
destaca Yassa. Lo único claro hasta ahora era que la cafeína nos mantiene más
despiertos porque neutraliza una molécula del cerebro, la adenosina, que se va
acumulando a lo largo del día y que induce el sueño. Y sobre esta molécula,
especulan los investigadores, podría también actuar la cafeína para mejorar la
memoria. La adenosina, a medida que se acumula durante la jornada, disminuye la
actividad de la noradrenalina, que a su vez está implicada precisamente en la
consolidación de la memoria a largo plazo. Para concluir que la cafeína
potencia la memoria a largo plazo, los investigadores diseñaron un ensayo doble
ciego en el que participaron más de 150 voluntarios que no tomaban
habitualmente ese estimulante. Primero les mostraron una serie de imágenes de
objetos: un pato de goma, un trébol, una silla, o una estrella de mar, entre
otras. Cinco minutos después de ver estas imágenes, algunos de ellos recibieron
una tableta de 200 miligramos de cafeína, lo que equivale a la dosis media que
consume habitualmente un adulto en Estados Unidos. Al resto de los
participantes les dieron un placebo. Al ser un ensayo doble ciego, ni los
investigadores ni los participantes sabían qué sustancia había recibido cada
uno de los dos grupos (placebo/ cafeina). Se tomaron muestras de la saliva de
los voluntarios para medir su nivel de cafeína antes de empezar el ensayo, una
y tres horas después y al día siguiente (24horas). En el segundo día del
experimento, es decir a las 24 horas de haber visto las imágenes, a los
voluntarios se las volvieron a enseñar junto con otras nuevas. Pero en las
antiguas había una pequeña trampa, algunas de ellas no eran exactamente iguales
a las del día anterior, sino que habían sido modificadas con un detalle nuevo
no muy fácil de advertir. Por ejemplo,
el pato de goma tenía una raya que no estaba presente en la imagen del día
anterior. Algo parecido al juego de las diferencias. Los voluntarios tuvieron
que decidir si la foto que veían era nueva, vista el día anterior o parecida
pero no exactamente igual.
Mejor con cafeína
La mayoría de las
personas fueron capaces de decir si habían visto antes la imagen o no. Pero los
voluntarios que habían tomado cafeína detectaron enseguida las diferencias
sutiles, a diferencia de los del grupo placebo que confundía con facilidad las
imágenes modificadas con las antiguas. La capacidad del cerebro para reconocer
estas sutiles diferencias se denomina “patrón de separación”. Esta habilidad es
crucial, por ejemplo, para distinguir dos escenas muy parecidas, por ejemplo,
recordar cada día dónde hemos dejado el coche en el estacionamiento del
trabajo. La imagen general sería la misma (el parking) y lo que varía es dónde
aparcamos el coche. Esta capacidad para recordar dónde hemos estacionado cada
día dentro del mismo parking empieza a fallar de forma grave en el deterioro
cognitivo asociado a patologías como el alzhéimer. “Si hubiéramos utilizado una
prueba estándar de memoria, en la que no hubiéramos recurrido a esos pequeños
trucos en las imágenes, no hubiéramos encontrado ningún efecto de la cafeína
sobre la memoria”, explica Yassa. Con esa pequeña trampa el cerebro tiene mayor
dificultad para distinguir entre las imágenes previamente vistas y ha permitido
a los investigadores afirmar que es precisamente ese proceso de la memoria que
permite discriminar esos detalles finos, denominado patrón de separación, el
que potencia la cafeína. Es posible que lo logre aumentando indirectamente los
niveles de noradrenalina, que este equipo de investigación había relacionado
previamente precisamente con los “patrones de separación” que permiten
distinguir entre dos imágenes muy parecidas.
La dosis justa
La siguiente
etapa será entender los mecanismos por los que esta sustancia estimulante
contenida en el café, el té y en menor medida en el chocolate, logra potenciar
la memoria. “Sabemos que la cafeína se asocia con un envejecimiento sano y
podría tener también algún efecto protector frente al declive cognitivo
asociado a patologías como el alzhéimer. Es una cuestión importante para
estudiar en el futuro”, asegura Yassa. Por cierto, si alguien tiene la
tentación de probar qué ocurre si supera con mucho esta dosis de 200
miligramos, conviene saber que este efecto de la cafeína sobre la memoria tiene
forma de gráfica en “U invertida”. Esto significa que hay un máximo de consumo
de cafeína a partir del cual no solo no hay mejoría sino que se produce un
empeoramiento en la capacidad para recordar. No hay que olvidar tampoco que un
exceso de este estimulante produce síntomas parecidos a los de un ataque de
ansiedad, lo que conlleva una disminución del rendimiento cognitivo.
¿Cuanta cafeína
hay en un café?
Según la
Organización de Consumidores (OCU), en 100 mililitros de café preparado en casa
hay
180 miligramos de
cafeína. Si es instantáneo esta cantidad disminuye a 131 miligramos. En una
infusión de té de 125 mililitros hay 24 miligramos de cafeína. En los refrescos
también está presente esta sustancia estimulante. Una lata de de cola o de té
(330 ml) contiene unos 25 miligramos. Y los 200 ml de una bebida energética
aportan 84 miligramos de cafeína.
Importante información... bueno conozco mucha gente que consume café y está totalmente sana...
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